domingo, 11 de febrero de 2018

Una nivola extraña (reseña de Niebla de Miguel de Unamuno)

Niebla Miguel de Unamuno


Niebla es una novela, publicada en 1914, extraña. Para empezar, no entra en el catálogo de novelas, sino en el de nivolas (según dice el autor). Y, para condimentarla con mayores rarezas, hacia el final del libro el personaje visita al propio escritor, Miguel de Unamuno, con quien mantiene una conversación filosófica.


El personaje de Augusto Perez, el protagonista, es quien, a pesar de su posición acomodada y de su vida tranquila, encuentra el amor en todas las mujeres por su fascinación con una: la pianista Eugenia, a quien, victima de su amor, la idealiza. Su amigo Victor le previene con el siguiente consejo: Augusto se enamoró por primera vez, por lo cual se enamoró de todas las mujeres del mundo. Y si nos sinceramos, esa es la verdad. Porque cuando florece el amor más inmaculado y sobrepasa con categoría al resto de nuestros sentimientos, la Tierra, ese planeta aún no comprendido, se convierte en el paraíso. Cierto filósofo griego decía que solo el amor alimenta la voluntad. Y esto lo sabría bien Unamuno, un gran filósofo y pensador de la época en que vivió (1864-1936). Dicha voluntad engendrada por el amor promueve a Augusto a pagarle la hipoteca a los tíos de Eugenia, que viven con ella. Cuando todo estaba para el casamiento suscita la traición, y ahí nos vemos con pensamientos metafísicos que culminan en la entrevista de Augusto Perez con Miguel de Unamuno.


Es una obra completa y cumple con todas sus funciones. No existe, según mi perspectiva, capítulo tedioso para la lectura. Au contrarié! Es uno de esos libros que, por su contenido, se lo lleva a cualquier parte con el pretexto de leer algunas líneas. Su lectura es sencilla y beneficiosa, tiene apenas 33 capítulos.


Cuando la leí, me mostré tosco en su lectura por el siguiente detalle: Unamuno, en el funeral de otro escritor español, Benito Perez Galdoz, había mencionado que la escritura del difunto nada proponía y que, por consiguiente, no había escrito obras literarias memorables, cuando todos sabemos que novelas como El doctor Centeno, Trafalgar o Marialena atraviesan tiempos y barreras. Pero en fin...

No censuro las palabras de Unamuno dirigidas a Perez Galdoz (¿quien soy yo para hacerlo?). Y como decía Ray Bradbury en Farenheit 451: "Nunca juzgues a un libro por su cubierta". El carácter de este gran escritor no es excusa suficiente como para no leer sus libros. Por todo lo dicho, les recomiendo esta extraña nivola. Léanla. Se van a llevar más de una sorpresa.
                                  
                        Escrito por: Yamil Artigas

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