domingo, 3 de marzo de 2019

No hay males que por buenos no vengan (Resurrección de León Tolstoi)

Quizá no sea esta la novela más famosa y celebre del gran Tolstoi, pero si ha de ser una de las más fuertes en contenido político y social.


Resurrección (1899), novela ultima de Tolstoi, nos muestra una Rusia en donde germinan la prostitución, los vicios y la injusticia. Todo comienza cuando una joven de veintisiete años es llevada a compadecer ante la justicia, siendo acusada de asesinato. Es llamado al jurado el príncipe Nejlúdov, quien reconoce en el rostro de la joven acusada a Ekaterina Maslova, de quien diez años atrás había estado presente en su vida. Dicha presencia correspondió al lado sensual, pues Nejlúdov sedujo a Maslova y se aprovechó de su candor, pero no la abuso literalmente. Lo cierto es que el príncipe reconoce en los vicios de esta mujer sus propias faltas de aquella noche, en donde la uso para el placer aunque, increíblemente, la amaba. Culpable es el dictamen del jurado, y cuatro años de trabajos forzados, en Siberia, deberá realizar compensando su mal hacia la sociedad. Condenada siendo inocente, Nejlúdov deja a su amante, deja a su prometida y deja sus tierras en manos campesinas para rescatar a esa adolescente que amo, y a quien aun ama.

Tal vez uno de sus mejores capítulos, cuando Nejlúdov recapacita su amor a Maslova, debe ser sin duda uno de los mejores trabajados en la prosa de Tolstoi. Dicho capitulo contrasta a grandes rasgos con el último, pues para cuando en uno el personaje "resucitaba" de su vida apegada a los vicios, en el último le ocurre una nueva "resurrección", que es resultado de las penalidades observadas y vividas por el príncipe.

La principal duda, o inquietud, filosófica de Tolstoi es en donde se encuentra la sabiduría del alma, si es en un estado de éxtasis o luego de otro oportuna reflexión, pero esta vez con la experiencia adquirida.

Eso es Resurrección: un continuo conocimiento a partir de las miserias humanas. Será por eso que este eminente escritor coloque en un pedestal a las clases humildes pues, para él, son las más sabias. En resumen, podríamos decir que los males sobrevenidos por la pobreza no vienen tan mal.


Escrito por: Yamil Artigas

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