viernes, 26 de julio de 2019

Vida y obra de Homero

Dentro de la literatura griega, la poesía épica constituye una de las manifestaciones más antiguas, la cual, tuvo como premisa, la exaltación del pasado legendario de la cultura griega. Grandes hazañas realizadas por héroes, así como acontecimientos de la época, sirvieron como musa principal para los poemas desarrollados en la poesía épica, los cuales, eran expresados de manera oral, característica que influyó en la manera de componer los versos.

Uno de los máximos exponentes dentro de la literatura griega sería Homero, cuyo trabajo sería considerado el inicio de la literatura occidental, sirviendo, además, como guía para la obtención del conocimiento por parte del pueblo griego. Por esta razón, cabe dedicar algunos párrafos a lo que fue la vida y obra de este poeta, la cual, hasta nuestros días sigue rodeada de misticismo y especulaciones.


Nacimiento de Homero

Siempre se ha mantenido un halo de duda en relación a la existencia de este poeta. Heródoto lo representaba como el hijo de una huérfana de nombre Creteidas, la cual, le dio el nombre de Melesigenes al momento de su nacimiento, pero que con el tiempo adquiriría el nombre de Homero, tras haber sufrido de una enfermedad que le ocasionó la pérdida total de la visión.

Se presume que su vida transcurrió a finales del siglo VIII a. C. y que la misma tuvo origen en la isla de Esmirna (Jonia), aunque este es solo uno de los lugares a los cuales se atribuye su nacimiento, integrando la lista junto con Itaca, Cumas, Pilos, Salamina, Rodas, Argos, Atenas Y Colofón.

En relación a su muerte, de acuerdo a los relatos de Heródoto, esta se produjo en Ios, durante una travesía que realizo por Atenas.

Aunque en la actualidad se mantengan dudas sobre si su presencia fue algo tangible o producto de la imaginación, en el imaginario grecorromano a Homero se le asociaría la imagen de un hombre de rostro barbado, avanzado en años y ciego.


La obra de Homero

En lo que respecta a las habilidades artísticas de Homero, estas correspondían a las de un aedo, debido a la manera como recitaba sus poemas. En este sentido, Homero, como aedo, era la persona encargada de cantar o recitar los poemas ante una determinada audiencia, las cuales eran desconocedoras de la escritura.

Los aedos eran considerados como músicos ambulantes cuyos poemas épicos eran recitados, algunas veces con el uso de una lira como instrumento de acompañamiento.

De los poemas de Homero, con el tiempo, surgieron los que serían considerados su mayor aporte a la literatura griega: la Ilíada y la Odisea. Ambos poemas épicos representaron el punto de partida de la literatura griega y la occidental, cuyos versos fueron hechos con el suficiente vigor lírico y narrativo para permanecer vigentes a través de los siglos.

Junto con estas, todas sus obras alcanzaron la gloria, sirviendo como medio para la exaltación de mitos, narraciones y leyendas que, con el paso del tiempo, siguen manteniendo su fuerza original. La calidad y perfección involucradas en la creación de la Ilíada y la Odisea fue producto de la existencia de una tradición oral que se venía realizando previamente por parte de aedos y rapsodas sobre la Guerra de Troya. Con el paso de los siglos esta práctica iría refinándose hasta alcanzar su punto cumbre en lo que sería conocido como los poemas homéricos.

En el caso de Homero, no cabe duda que este tenía un propósito poético al momento de crear la Ilíada y la Odisea, en cuyos versos se intuye el desarrollo de un plan y una estructura preconcebidas que ponen de manifiesto la obra de un poeta que era consciente de su arte. El estilo presente en la Ilíada y la Odisea está definido por la aplicación reiterada cada cierto tiempo de unas determinadas formulas bajo las mismas condiciones métricas. En este sentido, Homero utilizó en la Ilíada y la Odisea la métrica del hexámetro dactílico, una unidad de repetición o metro alternada con el uso de dáctilos con espondeos.

Tras un largo periodo de expresión oral, los poemas épicos hicieron su incursión en la escritura, adoptando su forma definitiva en Atenas durante el siglo VI a.C. como una medida impuesta por el tirano Pisistrato. 


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Acontecimientos plasmados en la Ilíada y la Odisea

En el contenido de sus poemas, Homero no registro de manera íntegra la Guerra de Troya, sino que de manera selectiva tomó dos episodios de la leyenda troyana, recreándolos bajo un enfoque diferente. Es así como en la Ilíada Homero narra el último año de la Guerra de Troya, definiendo como acontecimiento principal la disputa generada entre dos héroes griegos: Aquiles y Agamenón.

Por su parte, la Odisea, considerada la más moderna entre las dos, coloca como eje principal a Ulises, quien, en la Ilíada desempeñó un papel secundario.

Aquí la historia se enfoca en relatar las aventuras e infortunios vividos por Ulises durante su viaje de regreso desde Troya hasta su patria Itaca, así como el castigo que este aplicó a los hombres que cortejaban a su esposa Penélope y que lo asumían muerto tras su larga ausencia.

Con el paso del tiempo, las obras de Homero serían tomadas como referencia para transmitir conocimientos y enseñanzas de la vida relacionados con aspectos estratégicos y militares, los vínculos entre los dioses y el hombre, los astros y el firmamento, así como asuntos morales y conductas de los seres humanos.

Junto con esto, las obras de Homero proporcionaron una forma considerada canónica dentro de lo que constituyó la genealogía de los héroes y dioses griegos.

Todo esto contribuyó para que Homero, con el paso del tiempo, fuera tomado como referencia cultural y religiosa por parte de las generaciones futuras.
 
Fuente
Homero

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